La capilla actual, en el lugar de la
Cappella Maggiore, fue diseñada por
Baccio Pontelli para
Sixto IV, de quien toma su nombre, y construida bajo la supervisión del arquitecto
Giovanni de Dolci entre
1473 y
1481.
[4] Las proporciones de la capilla actual parecen mantener estrechamente las de la original. Tras ser completada, fue decorada con frescos de algunos de los artistas más famosos del
Alto Renacimiento, incluyendo a
Botticelli,
Ghirlandaio,
Perugino y
Miguel Ángel.
[3]
La primera
misa en la Capilla Sixtina fue celebrada el
15 de agosto de
1483, fiesta de la
Asunción, y en la cual la capilla fue consagrada a la
Virgen María.
[5]
La Capilla Sixtina ha mantenido sus funciones hasta el día de hoy, y continúa siendo la sede de los eventos importantes del calendario papal, a menos que el Papa esté de viaje. Hay un coro permanente, la
Capilla musical pontificia,
schola cantorum o escolanía de la Capilla Sixtina, para el cual han sido compuestas algunas piezas originales, la más famosa es el
Miserere de
Gregorio Allegri.
[6]
Dos importantes encuentros de artistas con el Papa tenían lugar en la Capilla Sixtina. El 7 de mayo de 1964,
Pablo VI convocó allì la Misa con artistas. En su discurso al final, subrayó la íntima vinculación entre arte y religión, y ofreció a los artistas una alianza de amistad.
[7] El 21 de noviembre de 2009, en la Capilla Sixtina se reunieron más de 260 artistas con el Papa
Benedicto XVI. Su alocución fue una profunda reflexión sobre la belleza poniendo el ejemplo del fresco del
Juicio Final de
Miguel Ángel.
[8]
[editar] Cónclave papal
Una de las funciones principales de la Capilla Sixtina es la de sede de la elección de cada Papa en el
cónclave del
Colegio cardenalicio. Durante un cónclave, una chimenea es instalada en el tejado de la capilla, en la que el humo actúa como una señal. Si sale humo blanco, (
fumata bianca), formado al quemarse las papeletas de la elección, significa que se ha elegido a un nuevo Papa.
Si ningún candidato obtiene la mayoría (dos tercios de los votos), sale humo negro (
fumata nera), formado al quemarse las papeletas junto con paja húmeda y algunos productos químicos, que indica que todavía no ha habido una elección satisfactoria.
[9]
El cónclave también proporciona a los cardenales un lugar en el que pueden oír misa, comer, dormir y pasar el tiempo asistidos por sirvientes. Lós cónclaves han sido celebrados en la Capilla Sixtina desde
1455, y hasta el
Cisma de Oriente fueron celebrados en la basílica
dominica de
Santa Maria sopra Minerva.
[10] Desde
1996, la
Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de
Juan Pablo II establece que los cardenales se alojen en la
Domus Sanctae Marthae durante el cónclave, pero que las votaciones se realicen en la Capilla Sixtina.
[11]
Antiguamente, todos los cardenales electores tenían un
palio como signo de equivalente dignidad. Después de que el nuevo Papa aceptaba su elección, daba su
nuevo nombre; en ese momento, los cardenales tiraban de una cuerda atada a sus asientos para bajar sus palios. Hasta las reformas establecidas por
Pío X, los palios eran de diferentes colores para distinguir a los cardenales nombrados por cada Papa.
Pablo VI abolió los palios completamente, ya que durante su papado, el Colegio de Cardenales había aumentado hasta el punto de que los cardenales tenían que sentarse en dos filas, haciendo que los palios obstruyeran la visión de los cardenales de la fila trasera.
[editar] Arquitectura
La Capilla es un edificio alto y rectangular de ladrillo, y su exterior no tiene adornos arquitectónicos ni escultóricos, como es común en muchas iglesias
medievales y
renacentistas de Italia. No tiene fachada principal ni entradas exteriores; sólo se puede acceder a través del interior del
Palacio Apostólico, y el exterior sólo es visible desde las ventanas de alrededor y desde patios interiores del palacio. Los espacios internos están divididos en tres niveles, de los cuales el inferior es el más grande, con un sótano abovedado con varias ventanas utilitarias y un acceso al patio exterior.
Vista exterior de la Capilla Sixtina.
Encima está el espacio principal, la Capilla Sixtina. El edificio tenía seis ventanas altas y arqueadas en cada lado y dos en cada extremo, pero algunas de ellas han sido tapadas. Encima de la bóveda hay otra planta con salones para la
Guardia Suiza Pontificia. En esta planta se construyó un pasillo al aire libre que rodeaba el edificio, con una arcada en fachada. Este pasillo ha sido cubierto pues originaba
goteras en la bóveda de la Capilla.
El hundimiento y agrietamiento de la mampostería también ha afectado a la Capilla, y ha requerido la construcción de grandes
contrafuertes que refuercen las paredes exteriores. La construcción de otros edificios contiguos también ha alterado el aspecto exterior de la Capilla.
Las medidas interiores de la Capilla Sixtina son 40,9 metros de largo por 13,4 metros de ancho, las
dimensiones del
Templo de Salomón según el
Antiguo Testamento.
[12] El techo abovedado se encuentra a 20,7 metros de altura.
La medida exacta es difícil de determinar, sin embargo, las proporciones generales de la Capilla son correctas con un margen de unos pocos centímetros. La longitud es la medida de referencia: dividida por tres da el ancho y dividida por dos da la altura.
Para matener la proporción, había seis ventanas a cada lado y dos en cada extremo. La mampara que divide la capilla se colocó inicialmente a medio camino desde el altar, pero esto ha cambiado. Proporciones claramente definidas fueron una característica de la
arquitectura renacentista y reflejaban el creciente interés en la herencia Clásica de Roma.
Interior de la Capilla Sixtina
El techo de la capilla es una bóveda de cañón rebajada que surge de una serie de
lunetas que rodean las paredes donde surgen los arcos de las ventanas. La bóveda está cortada en sentido transversal por pequeñas bóvedas formadas sobre cada ventana, que la dividen en su nivel más bajo en una serie de grandes
pechinas elevadas sobre
pilastras poco profundas entre las ventanas. La bóveda de cañón fue pintada originalmente de color azul brillante con estrellas doradas, según el diseño de
Piermatteo d'Amelia.
[3] El pavimento es de
cosmatesco, un estilo decorativo que usa mármol y piedra coloreada en un diseño que refleja la proporción previa en la división del interior y también marca el camino procesional desde la puerta principal, utilizado por el Papa en ocasiones importantes, como el
Domingo de Ramos.
La mampara o
transenna de mármol, obra de
Mino da Fiesole,
Andrea Bregno y
Giovanni Dalmata divide la capilla en dos partes.
[13] Originalmente había el mismo espacio para los miembros de la
Capilla Pontificia, en el lado del altar, y para los peregrinos y los ciudadanos al otro lado. Sin embargo, al crecer el número de asistentes del Papa, la mampara fue movida reduciendo la zona de los fieles. La
transenna esta coronada por una hilera de candeleros ornamentados, antiguamente dorados, y tiene una puerta de madera, donde antiguamente había una puerta de hierro forjado dorado, Los escultores de la
transenna también crearon la
cantoria o galería del coro.
[editar] Tapices de Rafael
En
1519 las paredes laterales son cubiertas con una serie de tapices, cuyos originales fueron diseñados para la capilla por
Rafael y representan episodios de la
Vida de San Pedro y la
Vida de San Pablo tal y como las describen los
Evangelios y los
Hechos de los Apóstoles: los
cartones preparatorios de tamaño natural para siete de los diez tapices son conocidos como
Cartones de Rafael y se conservan en el
Museo de Victoria y Alberto de
Londres.
[14] Los tapices de Rafael fueron saqueados durante el
Saco de Roma de
1527 y fueron quemados por el metal precioso que contenían o distribuidos por toda
Europa. A finales del
siglo XX se reunió una colección (ya se habían realizado varias colecciones nuevas) y usados de nuevo en la Capilla Sixtina en
1983.
[editar] Decoración
Diagrama de la decoración de las paredes y el techo de la Capilla Sixtina, que se compone de frescos y una colección de tapices. Son obra de distintos artistas y resultado de distintos encargos, algunos de los cuales se contradecían.
Las paredes están divididas en tres niveles principales. El más bajo está decorado en oro y plata pintado al fresco, imitando los pliegues de tapices o cortinajes. Esta decoración se pensó para embellecer las paredes vacías cuando los
tapices de Rafael no estaban expuestos en ellas. El nivel central tiene dos ciclos de pinturas que se complementan,
La Vida de Moisés y
La Vida de Cristo. Fueron encargados en
1480 por
Sixto IV y realizados por
Ghirlandaio,
Botticelli,
Perugino y
Cosimo Rosselli, junto a algunos de sus ayudantes, como
Pinturicchio. El nivel más alto está dividido en dos zonas. En la zona baja, entre las ventanas, hay una
Galería de Papas, pintadas al mismo tiempo que las
Vidas. Sobre de los arcos de las ventanas están los
lunetos, en donde se encuentran los
Antepasados de Cristo, pintados por
Miguel Ángel como parte de la decoración de la bóveda.
La decoración de la bóveda, encargada por
Julio II y realizada por Miguel Ángel entre
1508 y
1512, tiene un conjunto de nueve pinturas que muestran escenas del
Génesis, como:
La Creación,
La Relación de Dios con la Humanidad y
La Caída del Hombre. En las pechinas que sustentan la bóveda, están pintados doce hombres y mujeres, los
profetas y las
sibilas, que profetizaron que Dios enviaría a Jesucristo para la salvación de la humanidad.
En
1515,
Rafael recibió el encargo de
León X de diseñar
una serie de diez tapices para colgar en la zona inferior de las paredes.
[15] Rafael tenía 25 años entonces y era un artista reconocido en
Florencia, con una serie de clientes adinerados, aunque era ambicioso, también deseaba trabajar para el Papa.
[16] Rafael se sentía atraído por la ambición, grandeza y energía de Roma.
Rafael vio el encargo como una oportunidad de poder llegar a ser comparable a Miguel Ángel, mientras el Papa lo vio como su respuesta a la bóveda encargada por su predecesor.
[17] El trabajo comenzó a mediados de 1515. Debido a su gran tamaño, los tapices fueron fabricados en Bruselas a lo largo de cuatro años, por los tejedores del taller de
Pieter van Aelst.
[18]
Aunque el complejo diseño de Miguel Ángel para la bóveda no era exactamente el que Julio II tenía en mente cuando le encargó pintar a los
Apóstoles, el proyecto consistía en un programa iconográfico consecuente con el resto de la decoración. Sin embargo, esto fue alterado cuando posteriormente, Miguel Ángel recibió el encargo de decorar la pared del altar con el
El Juicio Final, que realizó entre
1536 y
1541. Pintar este mural exigió que se eliminaran dos episodios de las
Vidas, varios de los
Papas y dos grupos de
Ancestros. Dos ventanas fueron tapiadas y dos de los tapices de Rafael se hicieron innecesarios.
[editar] Frescos laterales
[editar] Cristo entregando las Llaves a San Pedro
Analizaremos, como ejemplo, uno de los más importantes frescos del ciclo, siendo los demás de gran calidad y complejidad iconográfica semejante. De entre los frescos pintados por
Perugino en la Capilla Sixtina, el de
Cristo entregando las Llaves a San Pedro es estilísticamente el más instructivo. La escena es una referencia a
Mateo 16:18-19, donde las llaves del Reino de los Cielos son entregadas a San Pedro.
[19] Esas llaves rerpesentan el poder de perdonar los pecados y difundir la Palabra de Dios, permitiendo a otros de ese modo poder entrar en el Cielo. Las figuras principales están situadas en dos filas comprimidas cercanas a la superficie de la pintura y debajo del horizonte.
[20] El grupo principal, que muestra a Cristo entregando las llaves de oro y plata a San Pedro, que está arrodillado, está rodeado por los demás Apóstoles, incluyendo a Judas (quinta figura a la izquierda de Cristo), todos con aureolas, junto a retratos de contemporáneos incluyendo uno que parece ser un autorretrato (quinta figura desde el borde derecho, vestida de negro y contemplando al espectador). El suelo está formado por rectángulos rebajados divididos por líneas de piedra coloreada, aunque no son usados en la organización del espacio. Tampoco lo es la relación entre las figuras ni la invención del pórtico del
Templo de Salomón lo que domina la pintura eficazmente resuelta. Los arcos triunfales en los extremos aparecen como referencias antiguas superfluas, apropiadas para una audiencia romana. Más alejadas están representadas dos escenas secundarias de la vida de Cristo: el
Tributo de la Moneda a la izquierda y el
Intento de Lapidación a la derecha.
El estilo de las figuras está inspirado por
Andrea del Verrocchio.
[21] Los ropajes, con su gran complejidad, y las figuras, particularmente las de varios apóstoles, incluido
San Juan Evangelista, con bellas características, con el pelo largo y suelto y el porte elegante y refinado recuerdan al Santo Tomás del grupo escultórico de Verrocchio en la
Iglesia de Orsanmichele. Las poses de las figuras imitan una serie de actitudes básicas que se repiten constantemente, generalmente de forma inversa de un lado al otro, lo que significa que se ha usado el mismo tapiz. Son figuras gráciles y elegantes que están firmemente posadas en el suelo. Las cabezas son más bien pequeñas en proporción con el resto de los cuerpos, y los rasgos son tratados delicadamente con considerable atención a los detalles de menor importancia.
El templo octogonal de Jerusalén
[22] y sus porches, que dominan el eje central, pudieron haber sido inspirados por un proyecto arquitectónico, pero el tratamiento que le da Perugino es la representación de un modelo de madera, pintado con exactitud. El edificio, con sus arcos, sirve como telón de fondo frente al cual se desarrolla la acción. Perugino ha hecho una significativa contribución en la representación del paisaje. La sensación de un mundo infinito que se extiende por el horizonte es más marcado que en cualquier otra obra de sus contemporáneos, y los árboles de hojas alargadas sobre el cielo nublado y las colinas de color gris azulado en la distancia dan una solución que los pintores posteriores encontrarían instructiva, especialmente Rafael.
Se creía que el fresco era un buen augurio en los cónclaves: la superstición decía que el cardenal que (seleccionado por sorteo) se sentaba en el lugar que había bajo el fresco era el que tenía más probabilidades de ser elegido. Documentos de la época indican al menos tres cardenales que se sentaron bajo el fresco durante los cónclaves en los que fueron elegidos papas:
Julio II,
Clemente VII y
Paulo III.
[23]
[editar] Otros frescos
Los demás frescos son:
[editar] Miguel Ángel
Fragmento del techo de la Capilla Sixtina, pintado por Miguel Ángel.
Miguel Ángel Buonarroti recibió en
1508 el encargo de
Julio II de repintar el techo de la Capilla. Originalmente estaba pintado como un cielo azul con estrellas doradas. El trabajo comenzó el
10 de mayo de 1508 y se prolongó hasta el
31 de octubre de
1512.
[24] Casi 30 años más tarde, Miguel Ángel pintó también
El Juicio Final, sobre la pared del altar, ente
1536 y
1541, por encargo de
Paulo III Farnese.
[25]
Miguel Ángel quedó intimidado por las dimensiones del encargo y dejó claro desde el principio que prefería rechazarlo. Él se consideraba escultor antes que pintor, y sospechaba que algunos de sus rivales habían aconsejado el Papa que le encargase un proyecto de tan gran escala para verle fracasar. Para Miguel Ángel, el proyecto era sólo una distracción de su trabajo como escultor de mármol, que le había mantenido ocupado durante los años previos.
[26]
Las fuentes de inspiración de Miguel Ángel no están fácilmente determinadas; teólogos
joaquinistas y
agustinianos estaban entre las influencias de Julio II. Tampoco se conoce en qué grado contribuyó realmente su propia mano físicamente en la pintura de cualquiera de las imágenes particulares que se le atribuyen.
[27]
Para alcanzar el techo, Miguel Ángel necesitaba un soporte; la primera idea vino del arquitecto del Papa,
Donato Bramante, que quería construir un
andamio colgado con cuerdas. Sin embargo, la idea de Bramante no sirvió, y la estructura que construyó era defectuosa. Agujereó el techo para colgar cuerdas que sujetasen el andamio. Miguel Ángel se rió al ver la estructura, y dijo que dejaría agujeros en el techo cuando el trabajo finalizara. Preguntó a Bramante que pasaría cuando él, al pintar, alcanzase las perforaciones, pero el arquitecto no supo qué responder.
El lugar de sujeción del andamio se aprecia en este
luneto.
El problema fue presentado al Papa, que ordenó a Miguel Ángel que construyera su propio andamio. Miguel Ángel creó una plataforma de tablas de madera sujetas sobre soportes enganchados en agujeros de las paredes, sobre las ventanas. Él se situaba sobre este andamio mientras pintaba.
[28]
Miguel Ángel usó colores brillantes, fácilmente visibles desde el suelo. En la parte baja del techo pintó a los
antepasados de Cristo. Sobre ellos, pintó alternados a los profetas y a las sibilas, con
Jonás sobre el altar y
Zacarías en el otro extremo. En la parte central, Miguel Ángel pintó nueve escenas del
Génesis. Originalmente sólo se le encargó pintar doce figuras, los
Doce Apóstoles. Rechazó el trabajo porque él se consideraba escultor, no pintor. El Papa dio permiso a Miguel Ángel para pintar las escenas y figuras bíblicas que él eligiera como compensación. Cuando el trabajo estuvo terminado, había pintado más de 300 figuras, que mostraban la
Creación,
Adán y Eva en el
Jardín del Edén y el
Diluvio Universal.
[editar] El Juicio Final
San Bartolomé mostrando su piel desollada (en la que hay un autorretrato de Miguel Ángel) en
El Juicio Final
El Juicio Final fue pintado por Miguel Ángel entre
1536 y
1541, tras el
Saqueo de Roma de
1527 por las fuerzas mercenarias del
Sacro Imperio Romano Germánico, que terminaron con el Renacimiento romano, poco antes del
Concilio de Trento. El trabajo fue hecho en una gran escala, y ocupa toda la pared tras el altar de la Capilla Sixtina.
El Juicio Final es una representación de la
segunda venida de Cristo y el
Apocalipsis. Las almas de la humanidad se levan y descienden hacia sus destinos, juzgadas por Cristo y su santo séquito. La pared en la que
El Juicio Final está pintado se inclina ligeramente sobre el espectador en su parte alta, y está pensado así para que el fresco parezca un tanto aterrador, e infunda temor y respeto al poder de Dios. A diferencia de los otros frescos de la Capilla, las figuras son muy musculosas y parecen algo torturadas, incluso la
Virgen María, en el centro, parece estar acobardada ante Dios.
El Juicio Final fue objeto de disputa entre el
Cardenal Carafa y Miguel Ángel. Como representó figuras desnudas, el artista fue acusado de inmoralidad y obscenidad. Carafa y Monseñor Sernini (embajador de
Mantua) organizaron una campaña de
censura para borrar los frescos. Cuando el
maestro de ceremonias del Papa, Biaggio da Cesena, dijo que era vergonzoso que en un lugar tan santo se hubieran representado todas esas figuras desnudas, y que era una decoración propia de un baño público o de una taberna, pero no de una capilla papal,
[29] Miguel Ángel le representó en el fresco como
Minos, el juez del infierno. Se dice que cuando Cesena se quejó al Papa, el pontífice respondió que su jurisdicción no incluía el infierno, por lo que el retrato se mantendría.
Los
genitales del fresco fueron cubiertos más tarde por el artista
Daniele da Volterra,
[30] al que este trabajo le hizo ganarse el sobrenombre de "Il Braghettone" ("El Pintacalzones").
[editar] Restauración y controversia
"Sin haber visto la Capilla Sixtina, uno no puede formarse una idea apreciable de lo que el ser humano es capaz de lograr".
La Capilla Sixtina tras la restauración
Entre junio de
1980 y octubre de
1984 se llevó a cabo la primera parte de la restauración de los frescos de la Capilla Sixtina, que consistió en trabajar en las lunetas hechas por Miguel Ángel. Después de esto, el trabajo se centró en la bóveda, que comenzó en noviembre de
1984 y fue completado en diciembre de
1989, y para finalizar se trabajó en
El Juicio Final. Los restauradores montaron unos andamios sujetos a unos huecos en la pared, los mismos que había utilizado Miguel Ángel para sujetar su andamio. La restauración completada se mostró al público el
8 de abril de
1994, cuando
Juan Pablo II la develó.
[32] La última parte fue la restauración de los frescos de las paredes, que fue aprobada en 1994 y develada el
11 de diciembre de
1999.
[33]
La parte de la restauración de la Capilla Sixtina que causó mayor preocupación fue el techo, también obra de Miguel Ángel. La aparición de los colores brillantes de los
Antepasados de Cristo hizo temer que los procesos empleados en la limpieza eran demasiado fuertes. Esto se puede apreciar observando algunas pequeñas secciones que los restauradores dejaron sin limpiar (a ambos lados de
El Juicio Final) para que se apreciara el contraste entre el estado de las pinturas antes y después de la restauración.
El profeta Daniel, antes y después de la restauración.
El problema estaba en el análisis y la comprensión de las técnicas usadas por Miguel Ángel, y la respuesta técnica de los restauradores a ese problema. Un examen detallado de los frescos de los lunetos convenció a los restauradores que Miguel Ángel trabajó exclusivamente en
buon fresco, es decir, el artista trabajó sólo sobre yeso recién puesto y cada sección del trabajo se completó mientras que el yeso se encontraba todavía fresco. En otras palabras, Miguel Ángel no trabajó
a secco; no añadió detalles más tarde sobre el yeso seco.
Los restauradores, sabiendo que el artista dio un enfoque completo de la pintura, dieron un enfoque completo a la restauración. Se tomó la decisión de que toda la capa sombreada por la cola animal, el humo y la cera y las zonas repintadas estaban contaminadas de un modo u otro: los depósitos de humo, los primeros intentos de restauración y las pinturas de restauradores posteriores en un intento de animar la aparición de la obra. Basándose en esta decisión, según los datos de restauración que se han proporcionado, los científicos del equipo de restauración se decidieron por un disolvente, que efectivamente devolvió el techo a su capa de yeso impregnada de pintura. Después de ese tratamiento, sólo lo que se pintó a
buon fresco se mantendría.
[cita requerida]
sacaran y cuantificaran loq ue AMLO Y EL PRD regala a los os obligan a que sino van a los mitines, les quitan la pension.....